Que no te metan gato por liebre (otra vez): el confuso escenario electoral para Consejo Directivo

 

Además de Filo Vuelve (espacio intercarreras que integra Letras Vuelve), este año se presentan para las elecciones de Consejo Directivo otras dos listas: la Lista de Izquierda y la debutante ContraHegemonía.
La Lista de Izquierda es la tradicional lista de graduados del Partido Obrero, encabezada por Alicia Carrizo, integrante de Propuesta, agrupación que dominó el claustro en Letras durante casi 15 años (hasta 2012).
ContraHegemonía, por su parte, no es más que una coalición de fuerzas conservadoras entre espacios que se declaman irreconciliables, hegemonizada por los sectores del radicalismo dentro de la Facultad: la minoría de Educación, que responde directamente a Secretaria Académica de rectorado (Catalina Nosiglia) y la mayoría de Edición que dirige Patricia Piccolini (funcionaria del gobierno de De la Rúa). En torno a ese núcleo se congregan integrantes de otras fuerzas, que han abandonado su base de representación y ahora se pliegan a su histórico adversario discursivo, como el espacio de la carrera de Historia conducido por Mariano Rodríguez Otero.
Nada une a estos espacios más que una alianza táctica y electoral que ya no intentan disimular, como lo demuestra su campaña prácticamente inexistente, que evita cuidadosamente referir a sí mismos, y su absoluta falta de programa o propuestas concretas: no expresan ni tienen ningún proyecto político, o idea de Facultad o Universidad. El nombre elegido por esta lista pretende, refiriendo a una idea abstracta de ‘democratización’, ocultar que está integrada por la fuerza que hegemoniza la Universidad de Buenos Aires desde hace décadas. A esa fuerza responden orgánicamente 10 de las 13 facultades y 21 de los 28 consejeros superiores; a esa fuerza pertenecen casi todos los secretarios del rectorado. Esa hegemonía permite distribuir discrecionalmente el presupuesto de la UBA, cajonear durante meses los concursos de profesores en la Secretaría dirigida por Emiliano Yacobitti (presidente de la UCR porteña), digitar arbitrariamente las designaciones y promociones de los docentes del CBC, firmar convenios con entidades extranjeras sobre temas de incumbencia de la Facultad de forma inconsulta, y sesionar en Consejo Superior con el ingreso vedado a actores directamente afectados por las decisiones que allí se toman. Esa fuerza es la que se niega a aplicar en la UBA el Convenio Colectivo de Trabajo que rige en todas las demás universidades nacionales.

Los candidatos electos para Consejo Directivo no sólo deberán representar los intereses del claustro durante los próximos dos años, sino que también definirán quién será el/la próximo/a decano/a de la Facultad y los representantes de Graduados en el Consejo Superior. Allí, el espacio de minoría que conformamos debe pelear por mantener su lugar en el órgano máximo de cogobierno, frente a una hegemonía absoluta del radicalismo. Frente a esta responsabilidad, desde Filo Vuelve enfrentamos estas apuestas por la desinformación y la confusión con una trayectoria coherente, un proyecto de Universidad claro y un trabajo constante. Defendamos a Filo y a la universidad pública no arancelada, cogobernada e inclusiva. Dejemos de lado las consignas vacías y enfrentemos las hegemonías que verdaderamente amenazan a nuestra Facultad.

El 25, 26 y 27 de septiembre, acompañanos con tu voto.

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